El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDHA) es un trastorno mental común que afecta notablemente la capacidad de una persona para prestar atención, controlar sus impulsos (impulsividad) y moderar su comportamiento activo (hiperactividad).
El TDHA también se conoce como trastorno de déficit de atención (TDA), o con menos frecuencia como trastorno de déficit de atención con hiperactividad infantil (TDHAI), trastorno por déficit de atención infantil (TDAI) o trastorno por déficit mental (TDM).
Los síntomas del TDHA incluyen problemas comunes para prestar atención (falta de concentración); tareas aburridas; dispersión; hiperactividad; excesivo parloteo; problemas para completar tareas; problemas de organización; falta de autocontrol; problemas para controlar los impulsos; inquietud; y problemas para controlar la actividad física.
Estos síntomas pueden variar de leve a severo, y pueden desarrollarse a diferentes edades.
Los síntomas también pueden presentarse de forma crónica o incluso no presentarse del todo.
Los niños, adolescentes y adultos pueden presentar TDHA.
Aunque los síntomas pueden aparecer a edades tempranas, los expertos recomiendan un diagnóstico formal sólo luego de que la persona cumpla los seis años, tan pronto como se inician las tareas escolares y los adultos comienzan a experimentar problemas en su vida diaria.
El diagnóstico de TDHA debe estar documentado por un profesional de la salud mental licenciado, y generalmente se basa en la información para evaluar los síntomas del paciente, el historial médico, el afán de información de los padres, y los resultados de exámenes conductuales y académicos.
El tratamiento para el TDHA generalmente implica una combinación de diferentes enfoques, como medicamentos recetados, terapia comportamental, terapia cognitivo-conductual, entrenamiento en habilidades sociales, asesoría especializada para los padres, terapia nutricional y terapia del ejercicio.
El objetivo de estos tratamientos es ayudar a mejorar el comportamiento de la persona y mejorar sus habilidades de cara al futuro, potenciar su autoconfianza y estabilizando su estado emocional. Existen tanto terapias a largo plazo como programas de tratamiento a corto plazo para el TDHA. Los programas a corto plazo se enfocan en los cambios inmediatos para la conducta inapropiada o los síntomas problemáticos; mientras que los programas a largo plazo se centran en la adquisición de habilidades de adaptación a niveles más adecuados.
Estos tratamientos generalmente involucran un equipo interdisciplinario para desarrollar un plan individual para cada persona con TDHA que le proporcione una estructura saludable y apropiada. EL TDHA puede tener un impacto significativo en la vida de una persona, poniendo a esta en una situación difícil. Los riesgos para la salud asociados con el TDHA incluyen la ansiedad, el autismo, la depresión, las addiciones, el aislamiento social, el fracaso académico, los problemas de comportamiento, la dislexia, el entrenamiento escolar, el abuso de sustancias, el trastorno de la alimentación, el trastorno obsesivo-compulsivo, el trastorno bipolar y la conducta desafiante.
La prevención y el tratamiento temprano son clave para reducir los efectos negativos del TDHA, y se recomienda la evaluación de un niño que presente síntomas tanto a nivel físico como emocional.
Esto ayudará a los padres a obtener un diagnóstico adecuado para su hijo, permitiendo el acceso a los tratamientos más efectivos y a los recursos apropiados para la educación, el cuidado y el apoyo del niño.
El tratamiento temprano también puede ayudar a los niños a desarrollar las habilidades necesarias para llevar una vida saludable y productiva.