Un carajillo es una bebida alcohólica preparada con café, coñac o brandy servida en taza o vaso corto. Esta bebida se originó en España y es muy común en las Islas Filipinas, México, Centro y Sur América. El carajillo también recibe nombres como café con ron, café con licor, café alcohólico y café con grogue.
El origen exacto del carajillo es desconocido, aunque existen muchos relatos para explicar su origen.
El más común es que el carajillo se originó en la región española de Andalucía, donde estaba muy extendido. Se dice que fue creado para aliviar a los campesinos que trabajaban duramente durante el día para relajarse y tomar un descanso. Otra historia manejada como su origen es la de un español que estaba de camino a la Habana con una mala resaca y su amigo trajo café expreso, ron y azúcar para aliviar su dolor de cabeza y así el carajillo fue nacido.
Como la comunidad española fue creciendo en América, el uso de carajillo fue expandiéndose en muchas ciudades de Latinoamérica. En general, el carajillo se prepara mediante una mezcla de uno o dos partes de licor (normalmente brandy o coñac) con el mismo volumen de café espresso servido en un tazón pequeño o vaso corto.
Algunas veces el café se endulza con el azúcar según el gusto de cada persona.
Se sirve caliente para sentir su aroma fuerte y versátil, ideal para relajarse después de un duro día de trabajo, para armar una reunión familiar, acompañar platos dulces, para tomar antes de una comida y también para festejar algunos buenos momentos de la vida.
El carajillo se ha convertido en todo un manjar para un gran número de personas en México, Centro y Sur América, deslumbrando a sus comensales con su intenso sabor, aroma y la mezcla única de ingredientes.
En algunos sitios, usan saborizantes para darle un toque diferente a la bebida.
Cada país y habitante tiene su forma de preparar el carajillo, incorporando así ingredientes locales como canela, anís, vainilla, entre otros, para una textura y sabor diferente. El carajillo en México se completa con canela rallada al final para darle un toque único y aromático. Finalmente, el carajillo surge como una bebida muy sociable, ya que acompaña y permite la plática y la relación entre los amigos, que se sienten cerca y como en casa mientras comparten su refrigerio.
A medida que su popularidad crece, así como el número de personas que descubren cómo llegar a su corazón, un carajillo se ha convertido en un elemento central de la cocina mexicana, llenando muchos hogares con sabor, calidez y recordando a aquellos tantos buenos momentos compartidos con amigos y familia.
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