Un emprendedor es alguien que asume el riesgo de comenzar un negocio.
En lugar de aceptar un puesto de trabajo en una empresa, deciden comenzar una propia.
Estas personas viven la vida al máximo y aprovechan la oportunidad de liderar la creación de algo nuevo, algo que vale la pena. Están decididos a tomar el control de su propio destino y salir adelante sin importar las dificultades que se presenten.
Pero ser un emprendedor no es solo arriesgarse y vivir el día a día.
Requiere una profunda comprensión de la industria, una sólida capacidad de adaptación, la creatividad para resolver problemas y la visión para tener éxito. Al observar tales situaciones, son capaces de generar ideas apropiadas que abran la puerta para nuevos productos y servicios. Representan una realidad emergente, tratando de encontrar la forma correcta para introducir nuevas innovaciones y mejorar la calidad de vida de los consumidores. Estas relaciones les permiten desarrollar su presencia como una empresa, asegurar colaboraciones y firmar acuerdos con empresarios profesionales. También les ayuda a construir redes dentro de la industria, lo que les permite aprovechar el conocimiento y recursos compartidos. Por último, los emprendedores saben cómo manejar su tiempo y sus actividades de tal manera que logren maximizar sus éxitos. Requiere de ellos una gran capacidad de organización y una gran habilidad para hacer frente al estrés que conlleva el emprendimiento. Esto les permite establecer un plan de negocios sólido y destinar los recursos de manera eficiente para asegurar sus metas y objetivos. Su amplio conocimiento de la industria, su capacidad de adaptación, creatividad para solucionar problemas y habilidad para maximizar el tiempo y los recursos son solo algunos de los principales acercamientos con los cuales se diferencian de las demás personas.
Los emprendedores son la piedra angular del crecimiento económico, ya que tienen la capacidad de cambiar el mundo con sus ideas y soluciones.