El Síndrome de Tourette es un trastorno neurobiológico que se caracteriza por una serie de tics, ya sean motores o vocales. Estas contracciones musculares rápidas e involuntarias generalmente comienzan durante la niñez y pueden seguir siendo suaves o deteriorarse en la edad adulta. Los tics pueden incluir movimientos repentinos de los ojos, cara o cabeza, así como muecas faciales, balbuceos, gritos y muecas.
Los tics pueden ser inconstantes, comenzando y parando durante semanas o meses a la vez.
Algunas personas con el síndrome de Tourette únicamente tienen un par de tics, aunque la mayoría experimentan una variedad en una misma sesión. Menos a menudo, los tiques vocales pueden emerger, como repetir palabras o frases, como resultado de lo que el individuo escucha. Los episodios de tics que se presentan en el Síndrome de Tourette pueden representar un problema para los pacientes debido a las molestias, incomodidades, y el embarazo al realizar tareas y ocupaciones cotidianas.
Además, es importante tomar en cuenta que la magnitud entre los tics puede variar individualmente.
Los tics pueden ser tan leves que no son percibidos por otros, o tan fuertes que requieran un tratamiento de medicamentos. Si los tics son suficientemente fuertes, los medicamentos pueden ser recetados para ayudar a controlar actividad anormal.
Los tics también pueden afectar el comportamiento social en personas con el Síndrome de Tourette.
Esto es típicamente el caso si los tics son fuertes o la persona es antigua cuando se trata de una situación social. Las personas con el síndrome de Tourette también pueden desarrollar trastornos relacionados, como el trastorno obsesivo-compulsivo, el Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), y trastornos del estado de ánimo, como la depresión.
Estos trastornos a menudo conducen a dificultades en la escuela, el trabajo, y para entablar relaciones. Dado que el Síndrome de Tourette afecta a cada persona de manera diferente, los pacientes deben ver a su médico tan pronto como sea posible para establecer un diagnóstico. El tratamiento generalmente incluye medicamentos, terapia conductista, terapia ocupacional o tratamiento para problemas relacionados como el TDAH o el trastorno obsesivo-compulsivo. El Síndrome de Tourette puede ser una condición difícil de afrontar, ya que los tics pueden variar en intensidad a lo largo del tiempo. Las personas con el síndrome de Tourette a menudo son capaces de vivir y trabajar a pesar de tener tics, pero también es importante que las personas con el trastorno se empoderan y hablen abiertamente sobre su condición para ayudar a disipar la ignorancia y la prejuicio generalizados muchos tienen que enfrentar día a día.
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